miércoles, 27 de marzo de 2013

Nueva evidencia de humanos hace 22.000 años en Brasil reescribe la historia de los americanos


Otros sitios en Sudamérica revelan fogones de 50.000 años y viviendas de madera de hace 13.000 años



Un estudio realizado por investigadores franceses y brasileños reveló evidencias de una presencia humana en Toca da Tira Peia en el Estado Piauí, al noroeste de Brasil, con artefactos de piedra que corresponden a 22.000 años atrás.

El equipo liderado por la arqueóloga Christelle Lahaye de la Universidad Michel de Montaigne Bordeaux en Francia, señala que la nueva investigación “contribuye a la reescritura del poblamiento del continente americano”.

Los descubrimientos muestran evidencias de una presencia humana anterior a la llegada de los indios americanos Clovis, considerados históricamente por algunos arqueólogos como los primeros pobladores americanos. Esto, sin reconocer mediciones hechas en Sudamérica con fechas más prehistóricas, por considerarlas dudosas.

“Numerosos datos, a partir de investigaciones arqueológicas, así como de paleogenética, estudios antropológicos y ambientales, han dado lugar a interpretaciones parcialmente contradictorias en los últimos años, a menudo debido a la falta de un marco cronológico fiable” señala el estudio de Lahaye, agregando que la nueva investigación confirma la buena integridad del sitio arqueológico así como los artefactos descubiertos.

“Tenemos confianza en la exactitud de los resultados de luminiscencia”, señala en su reporte.

A su vez, la especialista destaca que “tenemos evidencia nueva y fuerte que el modelo Clovis no está actualizado”, dice Lahaye, según cita el Instituto de Arqueología Cass.

El último descubrimiento corresponde a la presencia de Toca da Tira en Piauí, donde los restos humanos corresponden a 22.000 años atrás.

En una escala cronológica, los autores, citan otros importantes descubrimientos encontrados en Sudamérica. Entre ellos los encontrados en la Pedra Furada, al este de Piauí en Brasil en la localidad de Sao Raimundo Nonato.

Se trata de una roca descubierta en 1973, que fue un refugio humano prehistórico, donde se observan pinturas rupestres. El equipo a cargo del franco brasileño Niède Guidon dató los restos entre 48.000 y 32.000 años atrás.

En el lugar, los arqueólogos desenterraron madera quemada y antiguos fogones humanos, y herramientas de piedra, señala Cass, de unos 50.000 años atrás.

Según el arqueólogo Gary Haynes, de la Universidad de Nevada, quien se niega a confirmar los descubrimientos de Brasil, las fluctuaciones de la humedad del suelo pueden haber distorsionado las estimaciones de edad.

En cambio el arqueólogo, Tom Dilehay, de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, respecto a los artefactos encontrados en Toca da Tira Peia, sostiene que son implementos hechos por el hombre, y son similares a los descubiertos de Monte Verde en Chile con más de 13.000 años de antigüedad, y otros sitios de Perú.

En el caso de Monte Verde, sitio arqueológico ubicado a orillas del estero Chinchihuapi, en Puerto Mont, al Sur del país, las dataciones de un asentamiento humano descubierto en el lugar, podría incluso corresponder a 33.000 años atrás, según Dilehay, informó Cass.

Según reportes chilenos, se hallaron restos de viviendas de madera y las características de un hábitat en un sitio boscoso templado frío.

Toca da Tira Peia

Entre 2008 y 2011 el equipo del francés y brasileño a cargo de Lahaye, encontró en Toca da Tira Peia 113 artefactos de piedra en cinco capas de suelo

Los investigadores encontraron herramientas bifaciales y otros artefactos a diferentes niveles de profundidad y realizaron mediciones in situ de la espectrometría gamma.

En la secuencia de fechas arqueológicas se detectó en la capa superior a restos de 2000 años a. C. Más abajo eran de 10.900 a 900 a. C., hasta llegar a un nivel de 15.100 años a. C. y el último de 20.000 a 1.500 años a. C., a 1,6 metros de profundidad.

Los arqueólogos chequearon la datación de los artefactos con un total de 22.000 años, y ahora esperan calcular cuándo fueron enterrados.

En las investigaciones participó también Marion Hernández de la Universidad Michel de Montaigne Bordeaux, Eric Boeda y Marina Pagli de la Universidad de París, Gisele D. Felice de la Fundación Homem del Museo Americano (FUNDHAM), Sirlei Hoeltz de Investigaciones arqueológicas de Brasil. Anne Marie Pessi de la Universidad de Perjnammbuco, Michel Rasse de la Universidad de Rouen, Francuia y Sibeli Viana del Instituto Goiano de Antropología.

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