viernes, 14 de junio de 2013

Roanoke, la colonia perdida

Qué le ocurrió a la colonia perdida de Roanoke? | National ...Un asentamiento colonial inglés perdido en el tiempo

Los colonos desaparecieron sin dejar rastro alguno de una isla que, a día de hoy, continúa siendo un misterio incluso, su propia existencia.

Un asentamiento estable en el Nuevo Mundo.

Ese era el objetivo de sir Walter Raleigh. Sólo le faltaba el visto bueno de su reina.

El lugar ya lo tenía en mente y en escritos desde hace años. Múltiples informes de sus exploradores invitaban a escoger la isla de Roanoke (cerca de lo que hoy es el estado de Carolina del Norte).

Cuando la monarca inglesa accedió, nuestro protagonista organizó el viaje que pagó de su potente bolsillo de “bien situado” allá por el Siglo XVI inglés. Eran 46 kilómetros cuadrados de isla de clima maravilloso. Esta es la historia de esa historia que al final, se convirtió en leyenda.

Perfecto para el Nuevo Mundo que se abría paso

Así que se pusieron en marcha y, en 1596, 75 veteranos llegaban con el primer contingente colonizador enviado. Una vez allí, el protocolo normal: ataque preventivo contra los nativos de la isla.

La colonia perdida de Roanoke, el mayor misterio sin resolver en ...Tras esto, las tribus nativas se armaron en pie de guerra, en las primeras guerras de guerrillas y fueron aterrorizando al contingente que acabó por pedir ayuda al corsario Francis Drake. Este, sin querer acceder a la isla les dio pasaje hacia Inglaterra.

El proyecto de Raleigh se iba al traste. La reina le había concedido tan sólo diez años y dos se habían marchado entre preparativos y la primera intentona. Pero no se rindió y consiguió formar un segundo equipo, más numeroso.

117 colonos embarcaron en Inglaterra rumbo a la “isla prometida”. Mujeres, niños y hombres de bien dispuestos a iniciar una nueva vida en un nuevo mundo.

Al frente del contingente: John White, amigo personal de Raleigh y uno de los primeros exploradores de la isla. White se llevó con él a su propia hija y a su yerno. Eleanor estaba, además, embarazada. Su nieta sería la primera nacida en la colonia.

White, el elegido

White, un hombre formado en artes y letras decidió un cambio de estrategia: restablecer las relaciones con las tribus a las que antes, habían agredido. Una serie de tentativas sin éxito llevó el nerviosismo a los colonos de la isla. Inseguros, temerosos y con recursos escasos.

El alimento empezaba a ser necesario pero el miedo a las tribus impedía la búsqueda de recursos naturales en la isla. El sueño de Roanoke no terminaba de arrancar por lo que White decide volver a Londres para solicitar víveres y apoyo. Antes, alertó a los suyos y acordaron una serie de símbolos por si habían sido atacados. Alguien tenía que pintar una cruz maltesa.

Arriesgó su propia vida al cruzar el Atlántico en época de tormenta y cuando llegó a Inglaterra, se encontró con la guerra. Los aires de grandeza españoles chocaron con los ingleses y esa conjunción bloqueó a White en territorio inglés. No podía volver a la colonia. Sin comunicación alguna, sin noticias de lo que ocurría, transcurrieron tres años.

De vuelta a la isla

El fin efímero de la guerra permitió el viaje de White de vuelta a la isla a bordo de un barco de un corsario inglés. Es entonces cuando el proyecto se convierte en un misterio. Al desembarco, White encuentra el asentamiento vacío. Ya no hay casas. Ya no hay personas. Ni rastro de que alguien, alguna vez, pudiera haber pasado por allí y menos, haberse asentado. Pero entre las rocas, una palabra parece distinguirse: CROATOAN.

Los Croatoan eran una tribu cercana, amistosa siempre con los ingleses, pero en tierra firme continental. Lejos de la isla. Entonces, casi a la desesperada White, recordando las indicaciones a los colonos, se apresuró a buscar la cruz maltesa. No había. Ni rastro. Roanoke no estaba colonizada y su gente, su familia, estaba desaparecida.

Era el momento de ir a Croatoan, pero nadie daba por vivos a los colonos. White, obligado por el corsario que le llevó hasta la isla, vuelve a Inglaterra. Años más tarde moriría sin saber que ocurrió con su familia y con la isla de Roanoke en manos de tribus nativas.
El misterio y la leyenda

Aún a día de hoy no lo sabemos con certeza pero las hipótesis nos guían en varias direcciones. La más simple nos habla de la aniquilación de los colonos a manos de tribus hostiles. Otros aseguran que los españoles se paseaban por territorios ingleses arrasando las colonias del actual Reino Unido.

 Y los que más dicen que fueron acogidos por los Croatan que, generosos, asimilaron costumbres y procedieron al mestizaje propio.

Los más identificados con esta tradición son los indios Lumbee, asentados desde hace años en el condado de Robson (Carolina del Norte).

Gente de pelo rubio y ojos claros, con piel desde el moreno al blanco y con apellidos similares a los colonos de aquellos tiempos en que Roanoke era una realidad y no una colonia perdida en el tiempo.

SIR WALTER TOBACCO -RONNIEB
Pablo Pérez Armenteros

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