viernes, 4 de octubre de 2013

3 Señales Inquietantes


Lo que estamos viviendo estas últimas semanas, sin lugar a dudas supera todas las cotas del surrealismo. Todos nosotros deberíamos sentir una profunda inquietud ante la extrañeza de tales acontecimientos inexplicables y sin embargo, parecemos inmersos en un profundo estado de hipnosis, como tumbados sobre la hierba observando una aurora boreal.

Y es que en el mundo de la política y la manipulación mediática, el ritmo y el tempo son imprescindibles a la hora de alcanzar los objetivos y cualquier alteración extraña de estos factores nos indicará la existencia de grandes maniobras ocultas.

Observándolo todo con cierta perspectiva, veremos 3 grandes maniobras simultáneas que pueden tener íntima relación entre sí:

1-Escenificación pública de una presunta mejora en la situación económica Europea, sin ninguna base lógica

Estos últimos días hemos visto a nuestros bienamados gobernantes, al unísono en toda Europa y seguidos por sus fieles servidores de los medios, comunicándonos que empiezan a verse signos esperanzadores a nivel económico y que el fin de la recesión y posteriormente de la crisis parecen estar cerca.

Y todo eso a pesar de que las políticas de austeridad están hundiendo definitivamente la economía Europea y el paro en países como España ya es estructural.

A pesar de que Angela Merkel ha ganado las elecciones alemanas y ha declarado que seguirá con esas mismas políticas de austeridad.

A pesar de que el desempleo no desciende de forma significativa, la actividad industrial no mejora y el crédito no fluye.

A pesar de que miles de familias en España no tienen ingresos y malviven gracias a las pensiones de los abuelos, que por cierto, crecerán por debajo del IPC, conllevando aún un mayor grado de pobreza y miseria.

A pesar de que la deuda soberana de los países crece de forma absolutamente descontrolada, en países tan dispares como España, Italia, Japón o los Estados Unidos, con deudas absolutamente impagables ya en la actualidad.
A pesar de que los países emergentes ven como decrece su empuje económico, tan necesario para arrastrar a los demás países en crisis.

A pesar de que se están generando inmensas burbujas inmobiliarias en Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, China y Australia que al estallar pueden provocar una auténtica conmoción en la ya debilitada economía mundial.

A pesar de que el mundo financiero está inmerso en una inconmensurable burbuja de derivados con un montante de 600 billones de dólares, 10 veces superior al PIB combinado mundial, que en caso de estallar destruiría por completo la economía de todo el mundo.

Añadamos a ello un par de elementos no demasiado esperanzadores.

Por un lado, en el discurso de la corona holandesa en la que el rey de Holanda muestra “las directrices legislativas del Ejecutivo Holandés en la apertura del año parlamentario”, éste anuncia más austeridad y recortes e insinúa que el conocido como “estado del bienestar” llega a su fin y que debemos prepararnos para nuevos modelos de sociedad.

Y eso en uno de los países cuya economía se considera de las más sanas y ejemplares de la Unión Europea…algo contradictorio con el mensaje que intentar vendernos nuestros gobernantes, ¿no?

Otro elemento poco esperanzador, son las directivas que la UE está realizando de cara al año próximo con el fin de crear un marco legal común que permita afrontar la quiebra de grandes bancos y el establecimiento de los conocidos como “corralitos”.

Es el conocido como Mecanismo Único de Resolución y la Directiva de Recuperación y Resolución
Si las autoridades europeas preparan eso, basándose en el conocido caso de Chipre, será porque temen o incluso preveen que volverá a suceder algo similar, ¿no es así?

¿Y eso no contradice el mensaje de esperanza y recuperación económica que vierten los líderes políticos a través de los medios?

2-Premura excesiva, desesperada y totalmente contradictoria por parte de los Estados Unidos en la toma de decisiones respecto la situación en Oriente Medio

¿Alguien recuerda que hace tan solo 1 mes, Barack Obama y David Cameron intentaban recabar apoyos para iniciar un inminente e irreflexivo ataque militar contra Siria, primer paso necesario para poder atacar más tarde a su gran objetivo en la región, es decir, Irán?

¿Que explicación tiene pues, que tan solo unas semanas después, Estados Unidos e Irán inicien conversaciones y contactos de paz después de más de 30 años?

¿A qué vino entonces tanta precipitación por atacar Siria y que ha resultado tan nociva para las carreras políticas de Obama y Cameron?

¿Y a qué viene ahora tanta precipitación por solucionarlo todo con Irán después de tantos años de enfrentamiento?
¿Cómo puede ser que en tan poco tiempo una situación tan grave se invierta de tal manera y nadie lo vea como algo profundamente extraño e inquietante?

Todos sabemos que la política internacional sigue un tempo concreto y que hay unos ritmos que deben respetarse siempre, fruto de las reuniones multilaterales, las negociaciones políticas, las diferentes coyunturas económicas del momento y las consiguientes manipulaciones mediáticas necesarias para inocular mensajes e ideas en la opinión pública.

¿A que viene pues, tan enloquecida aceleración de los acontecimientos que no se respeta ninguno de esos tempos?

¿Porque tanta prisa y precipitación, primero por desatar una guerra y poco después por alcanzar acuerdos con enconados enemigos, como si no existiera un mañana?

Quizás alguien pueda relacionar estos maniobras errantes y enloquecidas con el pésimo estado de la economía norteamericana y con el techo de su deuda, cada vez más difícil de asumir.

Pero sea cual sea la razón, lo cierto es que jamás los Estados Unidos han mostrado tal nivel de debilidad e inconsistencia en su política tanto interna como externa, hasta el punto de perder en poco tiempo gran parte de su influencia internacional.

Y eso solo puede deberse a su extrema debilidad económica.

Una debilidad que quizás esté a punto de manifestarse en toda su magnitud, de forma dolorosa para todo el mundo…

3-Aparición del Papa Francisco marcando perfil como defensor de las clases oprimidas

La aparición estelar de Bergoglio después de meses en un relativo segundo plano, mostrándose como un defensor de las clases pobres y trabajadoras y en un cada vez más enconado luchador contra el neoliberalismo salvaje y la dictadura del dinero y los poderes financieros, parece tener también una íntima relación con las otras grandes maniobras que estamos viviendo.

No deja de ser curioso el relativo silencio que el Papa ha guardado al respecto en los primeros meses de su pontificado, en los que no lo hemos visto aparecer tanto como podría suponerse, no solo por la excepcionalidad de su acceso al papado, sino por su propia personalidad mediática.

Sea como sea, el Papa Francisco comienza a marcar perfil como líder de los pobres y los desamparados, justamente ahora, en el momento en que empieza a escenificarse esa supuesta recuperación económica del todo falsa y justo en el momento de mayor desconcierto en la política norteamericana, lo que parece indicar la inminencia de una fuerte debacle económica de los Estados Unidos.

Y eso, tal y como indicábamos en un video realizado a principios de año, debería servirnos de termómetro o indicador de la llegada de un posible colapso económico, de mayor o menor magnitud, pero en el que Bergoglio, tal y como creemos, tendrá un papel destacado y preconcebido.
Como vemos, todas las piezas parecen encajar.

Quizás solo sea una casualidad, es cierto.

Pero todo parece indicar que la economía norteamericana se acerca a una situación próxima al colapso, sino en las próximas semanas, en los próximos meses, y de ahí tanta precipitación en la toma de decisiones por parte de la administración Obama.

Y sin duda, esa crisis afectará negativamente al mundo entero y quizás a la Unión Europea de forma especialmente negativa…

De ahí que la escenificación pública de esa presunta recuperación económica en Europa, no sea más que una anestesia mediática para toda la población…

Y recordemos que la anestesia solo se aplica cuando se va a provocar un inmenso dolor.

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