miércoles, 18 de diciembre de 2013

Cómo hacer que tu información personal sea menos visible

Lamentablemente, la única forma de escapar al control ajeno es volver a la era predigital: no usar ni teléfono fijo ni móvil ni Internet. Ni siquiera vale con irse a una isla desierta desde que existe Google Earth. Aun así, hay modos de dificultar el trabajo a los espías.

Redes Sociales

Dar información personal en las redes sociales es un juego peligroso pues cualquiera puede crear perfiles y estadísticas a partir de ella.

Entre los enemigos de la privacidad destaca Facebook, para quien vender información sobre sus usuarios es una buena fuente de ingresos. Por norma general, hay que desconfiar de los servicios que piden demasiados datos en el formulario de inscripción y también de aquellos que se nos ofrecen de forma gratuita, muchas veces porque el producto a comprar y vender somos nosotros mismos.

¿Qué hacer?

- Existen nuevas redes sociales, alternativas al omnipresente Facebook, que velan por la privacidad de sus usuarios. Un ejemplo es Diáspora.

- Usar un nick que no proporcione información personal.

- Si no renuncias a estar en Facebook, intenta ofrecer en tu perfil el mínimo de información posible sobre ti y los tuyos. Vigila especialmente qué fotos y qué videos cuelgas.

- No etiquetar fotos y videos con los nombres de terceras personas, a no ser que te den su aprobación.

- Asimismo, la Agencia de Protección de Datos (AGPD) recomienda no “abrir archivos ni ejecutar programas adjuntos a un mensaje no solicitado o procedentes de remitentes desconocidos”.

- Tampoco es necesario hacer exhibición ideológica gratuita y facilitar el trabajo de los fabricantes de perfiles políticos.
Correo electrónico

Mandar un correo electrónico comporta también una exposición importante. Si su equivalente es mandar una postal, estaríamos hablando de que podía ser vista por: el cartero, un vecino que husmee en el buzón y, por supuesto, los espías.

¿Qué hacer?

- Enviar nuestros correos electrónicos cifrados, por ejemplo con el popular programa GPG.

- Usar algún software que combata el spam para evitar correos indeseados.

- Descartar por sistema la opción “guardar contraseña” y teclearla cada vez. También se recomienda cambiarla a menudo y hacer combinaciones de números y letras “incomprensibles”, que además te ayudarán a mantener tu cerebro en forma.

- No mandar mensajes personales desde el correo de tu trabajo. La empresa puede monitorizarlos.
Telefonía

Por la “Ley de Conservación de Datos relativos a las Comunicaciones Electrónicas” las operadoras de telefonía están obligadas a guardar el número de teléfono que llama, a quién llama, nombre y dirección de emisor y receptor, fecha, hora y duración de la llamada, tipo de llamada (buzón de voz, conferencia, datos, transmisión normal de voz), servicios de mensajería o multimedia, IMSI (identidad internacional del abonado móvil) e IMEI (identidad internacional del equipo móvil) de emisor y receptor. En caso de llamadas por móvil, localización geográfica del mismo. En caso de tarjetas prepago, fecha y hora de activación del servicio y localización geográfica desde la que se ha activado el servicio.

¿Qué hacer?

- En cuanto a comunicaciones telefónicas, de momento es más fácil monitorizar y manejar los mensajes SMS que una llamada.

- También es preferible usar cabinas telefónicas.

- Usar la llamada oculta para que el destinatario de la llamada no conozca nuestro número de telefóno, pero a nivel de operadora quedará grabado igualmente.

- Tener cuidado con los nuevos servicios de mensajería instantánea. Algunos de estos servicios “vinculan el nick a la dirección de correo electrónico en el momento en el que el usuario se registra. Cuanto mayor sea el número de personas que pueden conocer su dirección de correo electrónico, más serán las posibilidades de recibir ataques de correo electrónico no deseado e ingeniería social”, advierte la AGDP.

- Comunicarte únicamente con las personas que figuran en la lista de contactos o conocidos.
Navegación en Internet

Los proveedores de Internet, deben guardar nombre de usuario, número de teléfono desde el que se accede a Internet, nombre y dirección del propietario del teléfono, dirección de Protocolo de Internet (IP) que se ha dado al ordenador o teléfono inteligente cuando se ha conectado a Internet. Si se trata de una llamada por Internet, números de teléfono, nombres y direcciones de emisor y receptor y los datos necesarios para determinar fecha, hora y duración de la comunicación, así como de la conexión y desconexión a Internet.

También son de sobras conocidos los buscadores que pueden hacer uso de nuestros datos personales para, por ejemplo, crear perfiles que permitan a las empresas personalizar sus anuncios. Este tipo de datos son muy golosos para, por ejemplo, compañías aseguradoras y entidades bancarias.

¿Qué hacer?

- Usar buscadores como DuckDuckGo o Ixquick, que no registran los datos de los usuarios.

- Acceder a Internet desde un locutorio o cibercafé. Sobre todo, si quieres buscar información personal delicada, incluidas enfermedades.

- Navegar por Internet con anonimizadores como puede ser un proxy o la red Tor.

- Configurar nuestro navegador para que no acepte cookies o las borre cuando cerramos el navegador. Y también que borre automáticamente nuestro historial de navegación.

- Actualizar regularmente el sistema operativo y el navegador web.

- Instalar un antivirus y un Firewall.

- Pero lo más importante es saber administrar sabiamente qué se puede contar de uno mismo y dónde.

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