lunes, 23 de diciembre de 2013

Tartessos: Las Diosas Atlante

Rituales secretos, viajes al más allá, oráculos y prostitución sagrada


Juan José Sánchez-Oro
Última actualización 22/12/2013@13:51:13 GMT+1

Recientes hallazgos arqueológicos en el cerro del Carambolo, en Sevilla, han transformado la visión que tradicionalmente teníamos de la legendaria civilización de Tartessos. La presencia en dicho enclave de un sofisticado templo muestra la práctica de complejos rituales astrológicos, manipulación ceremonial de serpientes, ritos chamánicos y prostitución sagrada. Todo ello en manos de un conjunto de sumas sacerdotisas dedicadas a controlar las fuerzas que rigen la vida, la muerte y la resurrección.

Aquella mañana del día 30 de septiembre de 1958, la cuadrilla de obreros que reformaba el cerro del Carambolo, en Sevilla, todavía tenía mucha faena por delante. Pronto se celebraría el campeonato mundial de tiro al pichón y apenas habían comenzado a edificar las instalaciones deportivas en las que iba a tener lugar dicha competición. Uno de los operarios, mientras excavaba, rompió con su pico una extraña vasija. De su interior se desparramaron valiosos enseres: brazaletes, collares con cabujones, placas y frontales delicadamente labrados… En total, 21 piezas de oro de 24 quilates. Casi tres quilos de joyas preciosas confeccionadas en un remoto pasado. Enseguida fueron avisadas las autoridades locales, que se hicieron cargo del tesoro.

Sin embargo, para Juan de Mata Carriazo, catedrático de Prehistoria e Historia de España Antigua y Medieval en la Universidad de Sevilla, el valor del hallazgo iba mucho más allá de lo material. Suponía la primera evidencia directa de una civilización de la que poco se sabía entonces: Tartessos, la enigmática «Troya» de Occidente. 

«Se hace imposible no relacionar el yacimiento del Carambolo con el rico emporio de Tartessos, localizado en este valle inferior del Guadalquivir y cuyo contenido arqueológico permanece hasta ahora desconocido», señaló el profesor Mata Carriazo al diario ABC días después del descubrimiento. Según el catedrático, aquellas piezas constituían «un tesoro digno de Argantonio», el legendario monarca tartesio que vivió 120 años y gobernó durante 80 un próspero reino.

DESCUBREN UN FABULOSO TESORO

Mata Carriazo no tenía ninguna duda. Aquel descubrimiento había levantado, por fin, «el velo que hasta ahora nos ocultaba por completo esa civilización hermética con la que España comenzó su Protohistoria, la primera entidad política superior de todo el Occidente europeo». Sin embargo, hasta aquel momento, ese fabuloso reino existía tan solo en una serie de antiquísimas fuentes. 

Ni siquiera su mítico soberano Argantonio superaba la condición de «sombra histórica». Ningún hallazgo arqueológico había dado cuenta de la existencia de Tartessos, de su capital ni de sus poderosos monarcas. Y ello a pesar de que durante la primera mitad del siglo XX, numerosos eruditos habían partido en su busca, recorriendo palmo a palmo la geografía andaluza sin obtener resultado alguno.

 Entonces, llegó el descubrimiento del Carambolo y otros sucesivos, como el tesoro del Cortijo de Évora (Portugal) en noviembre de 1958, y los especialistas comenzaron a acumular más y más vestigios sobre el esplendoroso pasado tartesio…

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