viernes, 13 de junio de 2014

“Occidente está construyendo el Cuarto Reich en Ucrania”

La mayor guerra que se libra hoy en día es una guerra psicológica destinada a transformar y dominar las conciencias. Algunos expertos opinan que Occidente ha elaborado un plan para crear el Cuarto Reich y está poniéndolo en práctica ahora en Ucrania.

© RT/LIFE/Reuters

Cuando hace unos años la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó una resolución que contempla que tanto la Alemania nazi como la URSS tienen el mismo grado de responsabilidad por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se hizo evidente que Occidente estaba preparando la rehabilitación del nazismo. 

El ‘fenómeno ucraniano’ reunió a representantes de diferentes agrupaciones bajo la única “religión” de la construcción del sistema del poderío total

Según escribió la experta de la Fundación rusa de la Cultura Estratégica Olga Chetverikova, los actuales acontecimientos en Ucrania son una clara evidencia de que se está completando la primera fase de la rehabilitación del nazismo iniciada por Occidente. Chetverikova señala que el “fenómeno ucraniano” reunió a representantes de diferentes agrupaciones, partidos, sectas y confesiones bajo la única “religión” de la construcción del sistema del poderío total. 

Ese “poderío total” significa el control y el dominio absoluto de la mente, los sentimientos y la voluntad del pueblo. Los métodos de la supresión de la voluntad del pueblo fueron desarrollados a lo largo de los siglos en las diferentes estructuras cerradas de determinadas agrupaciones. En el marco de un Estado ese escenario tuvo lugar por primera vez en la Alemania nazi. 

La ideología del poderío total, herencia de los nazis

Hoy en día, la política occidental de “amistad” con los políticos ucranianos que ordenan las sangrientas operaciones de castigo en el este del país claramente recuerda al ascenso del “nuevo orden” nazi en Europa en los años 30 del siglo XX, destaca Chetverikova.

Numerosas organizaciones euro-atlánticas creadas después de la Segunda Guerra Mundial involucraron ampliamente en sus actividades a antiguos simpatizantes nazis, incluyendo, por ejemplo, al primer secretario del Club Bilderberg, el príncipe neerlandés Bernardo, que comenzó su carrera como agente de las SS, y al primer presidente de la Comisión Europea, Walter Hallstein. 

Los estadounidenses, por su parte, trabajaron con el general alemán Reinhard Gehlen, que encabezó en su momento la inteligencia de Hitler en el Frente Oriental y creó la Organización Gehlen, luego transformada en el Servicio Federal Alemán de Inteligencia. Sus esfuerzos conjuntos con el presidente Harry Truman culminaron en la creación en 1947 del Consejo Nacional de Seguridad de EE.UU. y la CIA

Silencio ante las atrocidades, clave del plan estratégico occidental

La analista indica que ahora los arquitectos del nuevo orden mundial parecen haberse quitado la máscara de integridad al recurrir a “métodos abiertamente fascistas e inhumanos”. “Lo que vemos hoy en Ucrania no es un resurgimiento del nazismo, sino parte de un plan estratégico aplicado de manera coherente”, dice Chetverikova y agrega que los mayores clanes financieros imaginan exactamente así la construcción del nuevo orden mundial. 

Este plan explica el silencio de los políticos occidentales, de organizaciones de derechos humanos y del papa ante los crímenes de guerra que están sucediendo ante nuestros ojos en Ucrania. “Todos ellos son cómplices en esos crímenes y pueden pensar sólo en términos de guerra”, enfatiza la experta.

Las verdaderas víctimas de esas políticas occidentales son los civiles que cada día sufren los constantes ataques con artillería contra zonas residenciales de las ciudades del este de Ucrania. La triste realidad ya es muy difícil de ocultar: algunos edificios en las localidades orientales quedaron totalmente destruidos como consecuencia de la operación militar de las tropas ucranianas, mientras que numerosos vecinos se ven obligados a vivir en sótanos, ya que a causa de la operación de castigo de Kiev perdieron sus hogares. 

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