lunes, 1 de septiembre de 2014

La Diada pierde fuelle: siete razones apuntan a un menor seguimiento este año

RAJOY NO DEBERÍA CONFUNDIRLO CON UNA VICTORIA

Cadena humana por la independencia en la Diada del año pasado. (Efe)


La Diada de este 2014 tendrá un menor seguimiento que las de años precedentes, según todos los analistas políticos. Estas son algunas de las razones que explican por qué este año saldrán menos catalanes a la calle el próximo 11 de septiembre. Pero también, y no menos importante, de por qué este hecho no debería confundirse desde los despachos de Madrid como una victoria política.

1. Las movilizaciones de años anteriores fueron muy masivas

Las manifestaciones en el 11 de septiembre de 2012 y 2013 fueron muy masivas. Tanto que la de 2012 hizo que Artur Mas adelantase las elecciones, en un error político que le costó doce diputados. La cadena humana que cruzó Cataluña el año pasado, la denominada Via Catalana, fue todavía más multitudinaria. Un total de 1,6 millones de participantes, según la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC) entidad organizadora, o casi 800.000 personas, según el recuento posterior que hizo Societat Civil Catalana.

En cualquier caso, una protesta sin precedentes en Cataluña. Porque, no hay que engañarse: 800.000 personas también son muchísima gente. Pero eso hace que superarse Diada tras Diada resulta harto complicado. Mantener este nivel de activismo de manera transversal en una sociedad desarrollada es muy complejo, incluso pese al apoyo que se pueda recibir desde la Generalitat. Aunque el número de inscritos a día de hoy supone la mitad que en el año pasado, 300.000 participantes, según la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, que participasen en la V gigante que cruzará Barcelona sólo 400.000 personas no debería ser considerado como un fracaso. Sobre todo en los despachos de Moncloa.ANC y Ômnium llaman a una movilización el 9N. (Efe)

2. Agotamiento de una parte de la sociedad catalana

Una parte de la sociedad catalana se encuentra agotada. El debate político en Cataluña se ha hecho monotemático y en muchos sentidos escamotea otros problemas como el impacto de los recortes, la crisis económica o el paro y la precariedad. Muchas de las esteladas que se colgaron hace tres años lucen ahora desgastadas por el sol. El paso del tiempo también hace mella en el ánimo personal y, por mucho que la inminencia el 9 de noviembre como línea marcada en el desierto debería tener un efecto aglutinador, en la práctica hay un cierto cansancio.La mayoría de la sociedad catalana considera que una Cataluña independiente sería viable a largo plazo desde el punto de vista económico. Pero otra cosas es si el período de transición será breve y fácil, como promete Junqueras, o si podría ser largo y complejo

También porque a medida que ha pasado el tiempo el discurso se ha hecho más esotérico, en el sentido de que todo pivota sobre futuribles difíciles de imaginar: qué pasaría si se convoca una consulta independentista al margen de lo que diga el Gobierno central, qué pasaría si se suspendiese la autonomía de Cataluña, qué pasaría si se pronunciase una Declaración Unilateral de Independencia en el Parlament… La mayoría de la gente corriente se pierde en la tercera conjetura derivada de la segunda hipótesis.

A medida que pasa el tiempo lo único seguro es que, a partir de este otoño, Cataluña se instala en una incertidumbre política en la que pocos son capaces de dilucidar qué pasará en un sentido u otro a pocos días vista. Pero la incertidumbre no opera como factor movilizador.

3. El impacto del caso Pujol

Entre los que faltarán a la convocatoria de la V se encuentra la familia Pujol. Por mucho que se niegue desde los sectores más combativos del independentismo, el caso Pujol y el dinero negro de la familia del expresidente en Andorra es un motivo de desánimo. En especial porque a partir de 2012, Jordi Pujolabandonó el catalanismo y se sumó a las filas de los que abogaban por la secesión.

Más allá de cómo se instrumentalice el caso de un Pujol confeso, lo cierto es que pone de manifiesto uno de los problemas de la independencia de Cataluña: que la élite dirigente catalana no es necesariamente superior ni moral ni intelectualmente a la del resto de España. Y que detrás del movimiento independentista hay, en línea con lo que sucede con Podemos en el conjunto de España, un cuestionamiento de las tradicionales clases dirigentes catalanas, por mucho que ERC y su hábil presidente, Oriol Junqueras, soslayen este punto.

Pujol participó el año pasado en la cadena humana. (Efe)

La ofensiva de la Fiscalía contra el entorno de Jordi Pujol Ferrusola debilita a CiU pero refuerza a ERC, que en breve podría convertirse en la fuerza hegemónica en Cataluña. Las próximas municipales servirán de anticipo para comprobar este extremo. Eso hace que CiU esté mucho menos implicada en la manifestación de este 11 de septiembre. Fuentes de la formación explican que este año, a día de hoy, todavía no se ha asignado tramo ni se ha entregado elkit de camiseta y complementos a los numerosos militantes convergentes que se han inscrito en la V.

Esta desidia partidista, que se corregirá antes del 11 de septiembre, refleja desconfianza de un partido y una clase media que, a medida que se acerca el momento crucial -“ara és l’hora”, frase sacada de Els segadors, es el lema de la movilización-, teme sentirse desplazada por una nueva hornada de dirigentes.

4. El sector independentista más radical

Pero con el acercamiento del día D, el 9 de noviembre, también se intensifica la vaguedad del discurso de CiU y, en especial, de la Generalitat y del propio Artur Mas. Eso hace que haya un sector independentista que desconfíe del eje CiU-ERC y que tema que esta falta de concreción provoque que pase el 9 de noviembre y no haya una Declaración Unilateral de Independencia. En él estarían incluidas la mayor parte de las CUP y a Solidaritat Catalana, por ejemplo.Por mucho que se niegue desde los sectores más combativos del independentismo, el caso Pujol y el dinero negro de la familia del expresidente es un motivo de desánimo. En especial porque a partir de 2012, Pujol abandonó el catalanismo y se sumó a las filas de los que abogaban por la secesión

Estos grupos sospechan que tres años de movilizaciones y de promesas no han servido para nada y que ni Mas quiere convocar elecciones anticipadas ni Junqueras las busca, dado que es más partidario de recoger los frutos del desgaste electoral de CiU en las municipales mientras refuerza los cuadros de su partido.

5. Los costes de la transición

La mayoría de la sociedad catalana considera que una Cataluña independiente sería viable a largo plazo desde el punto de vista económico. Pero otra cosas es si el período de transición será breve y fácil, como promete Oriol Junqueras, o si podría ser largo y complejo.

Cuando la portavoz de ERC, Anna Simó, advierte que “no será un camino de rosas”, que “la población tendrá que hacer sacrificios” o que las pensiones se puedan llegar a pagar a 60 días y que lo declare nada menos que en la Universidad de Verano de Prada de Conflent, ante un público entregadamente independentista, resulta inquietante. Hace un año algo así sólo lo decían en Cataluña los partidarios de seguir en España y era tildado por los partidarios de la consulta de “discurso del miedo”.

6. Una iconografía inadecuada

Y si el fondo aleja a los independentistas más radicales, la forma se distancia de las clases medias y acomodadas que han estado dando apoyo al independentismo. Una V gigante de 11 kilómetros que reproduzca las cuatro barras de la senyera catalana con vértice en la Plaza de les Glòries y que llene la Gran Vía y Diagonal entronca con el cómic de Alan Moore V de Vendetta,pero está lejos de la icnografía excursionista y de buen rollo de la cadena humana del año pasado.Aunque el número de inscritos a día de hoy supone la mitad que en el año pasado (300.000 participantes, según la presidenta de la ANC, Carme Forcadell) que participasen en la 'V' gigante que cruzará Barcelona sólo 400.000 personas no debería ser considerado como un fracaso

V de Vendetta se ha convertido en una referencia cultural de todo el mundo antisistema, no en vano la máscara Guy Fakes del héroe se ha convertido en un icono de los hackers de Anonymus, pero se encuentra lejos del ambiente festivo, familiar e interclasista que quiere dar la ANC a la manifestación.

Fuentes de la ANC explican que en un principio manejaron una gran manifestación en Bruselasque colapsase las autopistas francesas de ida y de vuelta. Pero al final la idea se abandonó y se apostó por la V, más fácil desde el punto de vista logístico, aunque desde el punto de vista conceptual se aleja del espíritu cívico y pacífico que siempre ha animado el movimiento independentista.

7. Y por qué Rajoy no debería interpretarlo erróneamente

En esencia, porque no habría que confundir la debilidad de CiU y Artur Mas con la del movimiento independentista o lo que en Cataluña se denomina, el proceso. De que Mas esté cada vez más acorralado no debe inferirse que el problema catalán se vaya a resolver. Desde el principio, la movilización independentista se llevó a cabo al margen de los partidos y fue CiU la que viró para sumarse y retrasar justo lo que le está pasando ahora, que les están desplazando del espacio político.

CiU y Mas siempre fueron a remolque de la calle en su marcha hacia la independencia. La ofensiva de la Fiscalía sobre los Pujol y la financiación de CiU sólo ayuda a Junqueras a acelerar su objetivo más inmediato: apoderarse de la centralidad política en Cataluña. Mas puede desaparecer del escenario, pero el problema de fondo, el encaje de Cataluña en el conjunto de España, no lo hará. Afrontar este reto precisa iniciativa política, visión de Estado y correr algún riesgo. Porque en contra de lo que pueda pensar Mariano Rajoy el paso del tiempo no lo resuelve todo en política.

http://www.elconfidencial.com/espana/cataluna/2014-08-31/la-diada-pierde-fuelle-siete-razones-apuntan-a-un-menor-seguimiento-este-ano_183308/

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