miércoles, 29 de julio de 2015

Los aceites olvidados de la Biblia

Los aceites olvidados de la Biblia por Claudina Navarro

Los Reyes Magos portan oro, incienso y mirra al niño Dios. El valor del oro nos parece evidente hoy en día, pero el incienso y la mirra parecen poca cosa porque se han olvidado sus propiedades y simbología.


Por: Claudina Navarro



En las más diversas culturas y durante miles de años -desde los antiguos egipcios, pasando por los israelíes hasta los primeros cristianos- se han empleado aceites especiales para ceremonias espirituales y para la curación de enfermedades. La biblia certifica en numerosos pasajes estas aplicaciones llenas de fuerza y simbología. Sin embargo han caído totalmente en el olvido… 

El Antiguo y el Nuevo Testamento demuestran que los pueblos de la antigüedad tenían acceso a un tesoro compuesto por multitud de aceites, especias, fragancias y pomadas. Así, por ejemplo, en el Génesis (37:25) se describe cómo una caravana de camellos procedente de Galaad, cargada con especias, bálsamos y mirra pasaba junto a los rebaños de Jacob con destino a Egipto. 

Los aceites esenciales se usaban tanto de manera externa como interna desde el nacimiento hasta la muerte. Servían para prevenir y curar enfermedades, pero también se empleaban para limpiar el alma y el espíritu, y para ungir a los muertos. Los aceite servían como perfumes, se inhalaban, se tomaban por vía oral y también se empleaban para dar sabor en la cocina.

Entre las aplicaciones más nombradas por la Biblia está el ungido. Actualmente sólo se conoce el significado simbólico, sin embargo, en los tiempos bíblicos, este proceso tenía sobre todo una indicación medicinal. Ungir a alguien significaba aplicar una crema o dar un masaje con grandes cantidades de aceite. 

El “santo óleo” que Dios entregó a Moisés se corresponde con medidas actuales a 23,7 litros. Era una mezcla de valiosos aceites esenciales como el de cassia (un tipo de canela), hisopo, incienso, nardo, gálbano, mirra, onycha, canela y cálamo, mezclados en un aceite base (normalmente aceite de oliva). El vertido de aceite sobre el cuerpo se menciona en varios pasajes de la Biblia y parece haber tenido gran importancia.

También eran muy apreciados los aceites evaporados, que se nombran unas 70 veces en la Biblia. El potente efecto del humo aromático era muy apreciado por los pueblos bíblicos.

Los aceites más importantes de la biblia

Como es sabido, el inicio del Génesis describe el jardín donde vivían Adán y Eva en medio de los aromas de la naturaleza. En los últimos versículos se hace referencia al embalsamamiento del cuerpo de José, que se hacía tradicionalmente con una mezcla de aceites esenciales y un aceite vegetal. Los dos aceites esenciales que aparecen con más frecuencia en la Biblia son el de mirra y el de incienso. 

Mirra (Commiphora myrrha). La mirra es la resina que se obtiene del arbusto del mismo nombre, de la familia de las burseráceas, que procede del entorno del Mar Rojo. Su aroma amargo y místico distingue su aceite. El aceite de mirra es el más nombrado en la Biblia, siendo además el primero, en el Génesis (37:25) y el último, junto con el incienso, en aparecer Apocalipsis de San Juan (18:13).

La mirra era uno de los aceites que los Reyes Magos trajeron de Oriente como presente a Jesús recién nacido. En aquella época la mirra se empleaba para evitar infecciones del cordón umbilical. Tras la muerte de Jesús, su cuerpo fue preparado con sándalo y mirra. La mirra acompañó pues a Jesús desde su nacimiento hasta su muerte física.

Su aceite tiene la capacidad especial de alargar el aroma de otros aceites sin neutralizarlos, lo que mejora su calidad. Pero por sí mismo tiene muchas propiedades curativas: fortalece el sistema inmunitario y tiene un efecto antiséptico; es un estupendo remedio antiestrés ya que mejora el estado de ánimo gracias al efecto de los sesquiterpenos (62%) sobre el hipotálamo, la hipófisis y la amígdala.

Muchas culturas conocieron sus beneficios: los egipcios llevaban en la cabeza conos de grasa aromatizada con mirra para protegerse de las picaduras de insectos y refrescarse del calor del desierto. 

Los árabes usaban la mirra ante las enfermedades de la piel y también para combatir las arrugas. En el Antiguo Testamento se habla de que la judía Esther, que debía de desposarse con el rey persa Ahasveros, se pasó seis meses antes de la boda bañándose en mirra. 

Los romanos y los griegos empleaban la mirra por su sabor amargo como estimulante del apetito y la digestión. Los hebreos y otros pueblos bíblicos la masticaban como si fuera un chicle para evitar infecciones de boca.

Incienso (Boswellia carteri). Procede de la región arábiga y se caracteriza por un aroma terroso y alcanforado. El aceite se consigue mediante extracción y destilación de la resina de la corteza del árbol. En el antiguo Egipto, el incienso era considerado como remedio curativo universal. En la cultura india, dentro del ayurveda, el incienso también tiene un papel fundamental.

Junto con la mirra, era el otro presente que los magos de oriente llevaron a Jesús:

“…Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.” (Mateo 2:11)

Seguramente los Magos de Oriente eligieron el incienso porque era costumbre que los hijos recién nacidos de reyes y sacerdotes fueran ungidos con su aceite.

El incienso tiene efecto antiinflamatorio y está indicado para el reuma, las enfermedades intestinales inflamatorias, el asma, la bronquitis, las arrugas y las impurezas de la piel.

También se confieren al incienso propiedades relacionadas con la conciencia, de ahí que juegue un papel importante en la meditación. El incienso quemado en forma de varita o cono se utiliza en templos y con fines sacros en general. Su aroma balsámico es único y sigue siendo fundamental en composiciones de perfumería.

Cedro (Cedrus atlantica). El cedro parece ser el primer aceite obtenido por destilación. Los sumerios y los egipcios usaban este procedimiento para conseguir el preciado aceite de embalsamar y para desinfectar. También se usaba para limpiezas rituales y para los cuidados de los enfermos de lepra, además de para protegerse de los insectos. Su efecto es tan fuerte que los armarios realizados en esta madera son capaces de mantener las polillas alejadas. 

El aceite de cedro está compuesto en un 98% de sesquiterpenos que favorecen la oxigenación cerebral y favorecen el pensamiento claro.

La madera de cedro mejora el sueño gracias a la estimulación de la hormona melatonina.

El aceite es además antiséptico, evita las infecciones urinarias y regenera la piel. Se ha empleado en enfermedades como la bronquitis, la gonorrea, la tuberculosis y la pérdida de cabello.

Cassia (Cinnamomum cassia) y canela (Cinnamomum verum). Pertenecen a la familia de las laureáceas (laureles) y se asemejan mucho en el olor. Los dos aceites tienen propiedades antivirales y antibacterianas.

La canela es uno de los aceites antimicrobianos más potentes que existen. Además resulta sexualmente estimulante.

A través de inhalaciones o frotaciones de las plantas de los pies con ambos aceites, se puede fortalecer el sistema inmunitario y protegerse de los resfriados.

La cassia es uno de los componentes del santo óleo de Moisés. Así se explica en el Éxodo (30:23-25):

“Toma también de las especias más finas: de mirra fluida, quinientos siclos; de canela aromática, la mitad, doscientos cincuenta; y de caña aromática, doscientos cincuenta; de casia, quinientos siclos, conforme al siclo del santuario, y un hin de aceite de oliva. Y harás de ello el aceite de la santa unción, mezcla de perfume, obra de perfumador; será aceite de santa unción.”

Cálamo aromático (Acorus calamus). Es una planta asiática que crece con preferencia a orillas de pantanos. 

Los egipcios conocían el cálamo como la “caña sagrada” y para los chinos tenía la propiedad de alargar la vida. En Europa se emplea como estimulante del apetito y vigorizante. Su aceite también es componente de la santa unción de Moisés. También se usaba como incienso y se llevaba como perfume.

Hoy en día el aceite se usa en contracturas musculares, inflamaciones y problemas respiratorios.


Fuente: http://www.elcorreodelsol.com/articulo/los-aceites-olvidados-de-la-biblia

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