domingo, 16 de agosto de 2015

La curiosa cruzada para prohibir los besos en 1911

Imogene Rechtin estaba convencida que besarse era uno de los medios por los que más enfermedades se contagiaban, por lo que creó una organización desde la que lanzó una campaña de concienciación para convencer a la gente para que no se besase

Imogene Rechtin inició en 1911 una cruzada para prohibir los besos (weirduniverse)Está científicamente demostrado que un buen número de enfermedades se contraen a través del contacto físico con otras personas y quebesarse puede ser un importante foco de contagio. Evidentemente todo depende de con quién te beses para saber el riesgo de contraer una enfermedad, pero hoy en día gracias a las vacunas, los avances médicos y a que se han erradicado gran cantidad de enfermedades infecciosas, besuquearse ya no representa una práctica de riesgo para la salud.

Pero esto no era así tiempo atrás en el que la medicina no estaba tan avanzada, propiciando que hace poco más de un siglo, concretamente en 1911, la señora Imogene Rechtin decidiera iniciar una campaña para concienciar a la gente a no besarse.

Para poner en marcha su cruzada antibesos, Imogene fundó una organización a la que bautizó con el nombre de ‘World Health Organization’ WHO (traducida como Organización Mundial para la Salud, aunque nada tenía que ver con la OMS creada tres décadas después por la ONU).

Desde esa plataforma quería predicar su mensaje de advertencia con el que concienciar a la población de que un beso era el modo más devastador y rápido de propagar cualquier enfermedad. Pero detrás de los buenos propósitos de salubridad de Imogene Rechtin también había una importante carga moral.

A través de la WHO consiguió reunir un nutrido grupo de seguidores y seguidoras en Cincinnati que lucían con orgullo una chapa que decía ‘Kiss Not’ (No bese). Esa campaña antibesos no iba destinada tan solo a los que se da en los labios una pareja, sino que pretendía extenderse a cualquier persona allegada (hijos, padres, hermanos…).

Imogene argumentaba su descabellada propuesta acogiéndose al enorme gasto que había tenido el país en el último año para combatir enfermedades víricas y que rondaba los 30 millones de dólares.

Evidentemente la cruzada antibesos de Imogene Rechtin quedó en el intento. Consiguió que se le uniera un nutrido grupo de personas y que incluso algún periódico local se hiciera eco de su campaña, pero del mismo modo que hablaron de la misma también se mofaron de ella señalando que viendo la cara de la impulsora de esta insólita cruzada ésta no necesitaría llevar la chapa advirtiendo que no besaba pues dudaban que alguien quisiera hacerlo.


Un marinero, identificado como Glenn Edward McDuffie, besa a una enfermera en Nueva York, en agosto de 1945, poco después de que se anunciara la rendición japonesa y, por tanto, el fin de la Segunda Guerra Mundial.

De Alfred López | Cuaderno de Historias – mié, 8 jul 2015
https://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-historias/curiosa-cruzada-para-prohibir-los-besos-1911-111940822.html

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