lunes, 28 de septiembre de 2015

La derrota del vencedor deja en el aire a Cataluña

Junts pel Sí ha ganado aritméticamente las elecciones autonómicas, pero se trata de una victoria pírrica. Tanto el número de escaños como el porcentaje de votos obtenidos (47%) son un freno para el proyecto separatista de Mas.

Las elecciones catalanas dejan una Cataluña partida por la mitad y un escenario de manifiesta ingobernabilidad. Partida, porque los afines a la inpedendencia recogen el 47% de los votos. Ingobernable, porque Artur Mas no puede plantear la secesión con el resultado obtenido ni puede presentar un programa de gobierno o aprobar unos presupuestos de la mano de la extrema izquierda y los radicales antisistema.

Si Artur Mas tuviera un ápice de responsabilidad debería presentar hoy mismo su dimisión. Ha sometido a Cataluña a una enorme tensión en los últimos cinco años, con la convocatoria de tres elecciones en ese tiempo, un simulacro de referéndum y sucesivas Diadas y cadenas humanas para agitar la calle. Con todo a favor -el control de los resortes del poder y la unidad de fuerzas por encima de ideologías en torno al sueño independentista- no ha logrado su objetivo.

La candidatura de Junts pel sí (Convergència, ERC y colectivos de izquierda) gana las elecciones, pero consigue 62 escaños, seis menos de los que dan la mayoría absoluta y nueve menos de los que CiU y ERC sumaron en las últimas autonómicas: 71.

Es cierto que con los 10 escaños de la CUP, los partidarios de la secesión alcanzan los 72, que son, aritméticamente, cuatro más de los necesarios para ganar una votación en el Parlament. Pero incluso con la CUP, este bloque obtuvo más escaños en 2010: 74.

La realidad es que si estos comicios hubieran sido un plebiscito, que es el espíritu con el que Artur Mas los convocó, los independentistas lo habrían perdido con menos del 48% de los votos. Es decir, ni tiene margen legal para intentarlo ni ha conseguido el respaldo moral que perseguía.

Aunque intente presentar ahora los resultados como una victoria, la verdad es que, en aras de su apuesta independentista, ha acabado entregando a la extrema izquierda un partido que durante décadas defendió los intereses de la burguesía tradicional catalana. El balance que puede presentar es desolador: Mas tenía 62 escaños en 2010; cinco años después tiene los mismos, pero para lograrlos ha debido de movilizar desde Lluís Llach a Pep Guardiola, y esos escaños ya no son sólo suyos: los comparte con Romeva y Junqueras.

Mas puede caer en la tentación de decir que el “procés” continúa, pero para seguir hinchando ese globo necesita el aire de la CUP, un partido que quiere sacar a Cataluña de la UE y de la OTAN y que ya anuncia que “desobedecerá” cualquier ley qque no sea de su agrado.

Los grandes derrotados en estas elecciones, junto a Mas, son los populares y Catalunya sí que es pot, la coalición en la que participaba el partido de Pablo Iglesias junto a ICV. 

El PP pierde ocho escaños y se queda como quinta fuera política con 11 escaños. Los partidarios de Iglesias obtienen otros tantos, pero ICV por sí sola, sacó 13 en 2012.

El batacazo del PP debería llevar a Rajoy a renunciar a ser el candidato de su partido en las generales de finales de año. Ya acumula tres fracasos históricos en 2015: el de las andaluzas, el de las muncipales y autonómicas, y ahora el de las catalanas. ¿Irá a por el cuarto?

Enfrente, el gran ganador es Albert Rivera y Ciudadanos. Este partido triplica sus apoyos y se convierte en la segunda fuerza política en Cataluña, con 25 escaños. Se trata de un resultado histórico que supone un trampolín para Rivera de cara a las generales.

El éxito de Ciudadanos contribuye a hacer más evidente la derrota del ganador aritmético, Artur Mas, para quien, desde hoy mismo comienza su cuenta atrás. Ni ha obtenido la pretendida mayoría absoluta ni la mayoría de votos para su proyecto rupturista. Aunque la CUP se abstenga en segunda votación, sus 62 escaños son uno menos de los que podría aglutinar Arrimadas en torno a la idea de convocar nuevas elecciones que facilitaran la gobernabilidad.

Todo sigue en el aire en Cataluña.

http://www.elespanol.com/actualidad/la-derrota-del-vencedor-deja-en-el-aire-a-cataluna/

Los independentistas ganan las elecciones y pierden su plebiscito

La CUP se convierte en la clave para la independencia


© Cristóbal Castro

Simpatizantes de Junts pel Sí celebran la victoria de la lista unitaria independentista.

El independentismo catalán vio cumplido este domingo su objetivo de ganar claramente las elecciones en Cataluña al lograr Junts pel Sí y la CUP la mayoría absoluta del Parlamento autónomo.

Pero los dos partidos no lograron rebasar el 50% de los votos, lo que puede dar alas al Gobierno para frenar el plan secesionista que ha liderado el presidente catalán, Artur Mas. Ciudadanos, segunda fuerza,destronó al PSC y al PP como principales formaciones no independentistas en Cataluña.

Mas y el conjunto del independentismo había planteado el 27-S como un plebiscito sobre la independencia, algo que el resto de partidos acabaron por asumir no sin avisar antes de que nunca aceptarían la secesión unilateral. La candidatura de Mas ganó claramente las elecciones, pero no el plebiscito, ya que el independentismo se quedó con el 47,8% de los votos. Con todo, la victoria de los independentistas en las elecciones es inapelable. Con el l 97,8% de los votos escrutados, Junts pel Sí consiguió 62 escaños, a los que hay que sumar los diez de la CUP.

Con 72 escaños el independentismo tiene la mayoría absoluta del Parlamento, situada en los 68 diputados, pero ahora tendrá que lidiar con la falta de una mayoría popular clara, con un Gobierno hostil y, desde hoy mismo, con la heterodoxa composición tanto de Junts pel Sí como de la CUP. De hecho, desde hoy estará en juego incluso la continuidad de Mas, pues la CUP aseguró que no piensa votar favorablemente su investidura, algo que los resultados de ayer hacen imprescindible. Esta situación quedó reflejada en la cara del presidente, muy tensa, que contrastaba con la algarabía de las bases soberanistas. A la misma hora, el candidato de la CUP, Antonio Baños, ya lanzó un aviso: “Mas no es imprescindible”.

El presidente catalán dijo contar con “gran legitimidad” para avanzar hacia la independencia y pidió al Gobierno “que acepte la victoria de Cataluña y del sí”. También negó que deban contarse los votos en lugar de los escaños. “Si hubiéramos hecho un referéndum como el escocés, hubiéramos contado solo votos”, dijo.

Este lunes comenzarán las negociaciones entre Junts pel Sí y la CUP. Los dos partidos tienen el objetivo de alcanzar la independencia de Cataluña, pero difieren en la forma y en los tiempos de hacerlo, lo que puede complicarlo mucho todo.

El proyecto de la lista que comparten Artur Mas y Oriol Junqueras comienza con una declaración de inicio del proceso de independencia, que se realizaría en el Parlamento autónomo en las primeras semanas de la legislatura. El conjunto del plan hacia la independencia se llevaría a cabo en 18 meses. La CUP, en cambio, es partidaria de una declaración de independencia inmediata y de una ruptura general del actual sistema político.

Ciudadanos fue el gran vencedor de la noche, pese a quedar a casi 40 escaños del ganador. El partido logró el segundo puesto del Parlamento catalán con 25 diputados, un resultado inimaginable para la formación de Albert Rivera hace apenas dos años. Ciudadanos ha capitalizado, pues, el voto de los contrarios a la independencia por desespero de los socialistas y, especialmente, del PP, que se han visto relegados.

La candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, hizo anoche una declaración de intenciones tras imponerse como segunda fuerza en buena parte de las grandes ciudades. Pidió la dimisión de Mas y nuevas elecciones en Cataluña argumentando que “la mayoría de ciudadanos ha dado la espalda al proyecto independentista”.

Los otros partidos de ámbito nacional cosecharon malos resultados. Solo el PSC salvó los muebles gracias a la extraordinaria movilización del cinturón industrial de Barcelona, que llevó la participación global hasta el 77%. El partido de Miquel Iceta perdió cuatro de los 20 diputados que tenía, un resultado mediocre que quedó disimulado por la falta de una mayoría absoluta de Junts pel Sí y por el desplome del PP que se quedó en el penúltimo puesto del Parlament con solo 11 escaños.

También obtuvo un pésimo resultado la confluencia entre Podemos e Iniciativa (Catalunya sí que es Pot). La formación que ha avalado el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha quedado con 10 escaños, tres menos de los que logró ICV en solitario hace tres años. Ello obligará a replantear la estrategia de Podemos con vistas a las generales y a su expansión territorial. Peor le fue todavía a Unió Democràtica, la escisión de CiU, que se presentaba con un programa nacionalista no rupturista. No logró ni un solo diputado. Su líder, Josep Antoni Duran, puso el cargo a disposición del partido.

El resultado será complicado de gestionar tanto para los ganadores como para el Gobierno. El Ejecutivo de Mariano Rajoy, satisfecho por la falta de una mayoría independentista en votos, no piensa hacer nada hasta las elecciones de diciembre. Las urnas dirán después quién debe gestionar la carpeta catalana.

http://www.msn.com/es-es/noticias/nacional/los-independentistas-ganan-las-elecciones-y-pierden-su-plebiscito/ar-AAeRFSk?li=AAav8jx

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