domingo, 18 de octubre de 2015

Rivera cava la tumba política de Pablo Iglesias

Albert Rivera y Pablo Iglesias se miden en La Sexta ante Jordi Ébole, el Follonero, en un bar y con un café entre manos.

Un momento del programa | La Sexta

LIBERTAD DIGITAL 2015-10-18

Jordi Évole (el Follonero) sentaba a Pablo Iglesias a su derecha y a Albert Rivera a su izquierda, lo que colocaba al líder de Podemos a la izquierda del espectador y a Rivera a la derecha. El presentador hizo una broma con esto antes de empezar las preguntas. Ambos candidatos, con un café con leche en vaso en las manos, restaron importancia al asunto. "No hemos pactado ni quién se sienta a mi derecha o quién se sienta a mi izquierda". Fue Rivera quien dijo sentirse cómodo en cualquiera de los lados. Y algo así se ha visto en el debate.

Una de las primeras preguntas que hacía el Follonero a los candidatos era a quién votaron en las elecciones de 2004, tras los atentados del 11-M. Albert Rivera votó en blanco e Iglesias a Llamazares, pero "estuve en Génova" protestando, aclara. Esta vez Iglesias ha preferido no presumir que el famoso menaje "Pásalo" que corrió como la pólvora en la jornada de reflexión para cercar la sede del PP se gestó en su facultad.

Tras un breve preámbulo frente a un quiosco de prensa que Rivera aprovechó para denunciar que los medios de comunicación tengan que depender de decisiones políticas como la concesión de licencias de radio y televisión, los tres se sentaron alrededor de la mesa de un bar de barrio a debatir sobre sus programas políticos.

Rivera logró transmitir la sensación de que sus propuestas son sólidas y están basadas en estudios serios. Sabía a la perfección en qué consistía su reforma laboral y cuantificaba el coste, por ejemplo, del complemento salarial que proponen. Todo, para "resolver el primer problema que tiene este país, que es el paro". En frente, Pablo iglesias se limitaba a decir que le gustaba el modelo danés pero que no le gustaba la solución del complemento laboral. En cuanto a su reforma laboral, decía que "combatiremos la temporalidad", que aprobarían "una reforma laboral con mayoría parlamentaria", que su reforma "terminaría con que el 90% de los contratos sean temporales". También que subirían "el salario mínimo", pero tampoco fue capaz de decir una cifra concreta de tope para ese salario mínimo. Después de que Rivera le apretara dijo que en "750 u 850 euros sería más digno".

Rivera, que dijo no haber estado nunca en paro, a diferencia de Pablo que sí pasó unos meses cobrando el desempleo, propone un contrato único que termine con la dualidad, el complemento salarial. En definitiva, un modelo muy parecido al de la "flexiseguridad" del modelo danés. Sacaba pecho de haber hecho los deberes y recordaba que su modelo de complemento salarial cuesta unos 7.400 millones de euros.

Tambíen recordaba a Iglesias que en Podemos han propuesto su renta básica "que costaría 115.000 millones de euros. ¿De dónde lo sacaríais?", preguntaba Albert, "Financiando", decía iglesias, aunque aclaraba que "reconozco que a veces apuntamos demasiado alto".

Todavía en el capítulo de reforma laboral, en lo que ambos coincidían es en recuperar el poder de los sindicatos y la patronal en la negociación colectiva.

A grandes rasgos, Rivera pasaba por encima de Iglesias al recordarle que lo primero que hay que hacer es "crear riqueza" para luego "repartirla", mientras que Iglesias mantenía que lo primero que hay que hacer es repartir. Sí, "el trabajo" también. Su modelo ideal: "Trabajar menos horas para repartir el trabajo entre más gente y que la gente pueda jubilarse antes".

Rivera, remataba a Iglesias en materia laboral al sentenciar que "yo no quiero que la gente cobre el salario mínimo, sino que cobre más".

Sanidad

En materia sanitaria el debate se centró en si se debía asistir a la gente que en España acude a la sanidad pública sin tener permiso de residencia. Rivera se ceñía al cumplimiento de las leyes y a que el "turista alemán" no venga a España a "ponerse malito" y que si usa la sanidad pública, que la factura le repercuta. "Las leyes de un país se deben cumplir" y añadía: "Como se hace en todos los países de Europa".

Pablo Iglesias replicaba que "no se puede poner en un mismo saco al turista alemán, que al inmigrante que se parte la espalda a trabajar." Su modelo: sanidad para todos, tengan o no papeles. "Me gusta, me sentía orgulloso cuando era así".

Eso sí, antes de abrir el melón sanitario, Évole preguntó a ambos por si tenían seguro privado. Albert lo tenía. Pablo no.

Pensiones

Tras hablar de la sanidad, llegaron las pensiones. En este asunto, Pablo Iglesias repetía el mantra: "lo primero qu ehay que hacer con las pensiones es adaptarlas al índice de precios al consumo. Es bueno que la gente se jubile pronto, que la gente trabaje menos, que se reparta el trabajo", decía.

En esto, Rivera era algo más conservador y se limitaba a decir que se volvieran a "los acuerdos del pacto de toledo" y que se vuelvan a igualar al IPC, pero no quería aventurarse a hacer más promesas de grandes pensiones a todo el mundo y de bajar la edad de jubilación porque "hay cosas que no se pueden hacer porque uno quiera. La jubilación, o temas como la renta básica yo me he asesorado con expertos y te dicen que esas cosas no se pueden hacer. Por lo tanto, es mejor no hacer promesas que no puedas cumplir porque la frustración en los nuevos partidos va a ser peor".

Francisco González

Llegó el tema de la banca, y Évole mostró un video en el que Francisco González, presidente del BBVA comentaba que se había reunido con Albert Rivera y hablaba muy bien de Rivera y muy mal de Podemos y Pablo Iglesias. Rivera dijo sentirse libre y que aceptaba reuniones con empresarios, banqueros, plataformas sociales y asociaciones, porque "a mi no me gusta criminalizar a nadie", decía.

Pablo Iglesais, en cambio, trató de no comentar que su partido también había mantenido reuniones con grandes empresarios, pero Rivera le sacó el tema: "¿No os reunís con empresarios?", a lo que Iglesias trató de desviar el tiro: "Nos hemos reunido con todo aquel qu enos ha llamado", pero Rivera Insistió, "pero me consta que os habéis reunido con empresarios, yo no criminalizo a nadie, pero es verdad que os habéis reunido", a lo que Iglesias asiente, no sin antes tratar de dejar claro que sólo Podemos defenderá a los pobres frente a los ricos y a esos grandes empresarios para afianzar esa idea que ha deslizado en más de una ocasión de que Rivera es el "candidato del Ibex 35"

En ese punto el debate fue más bronco e Iglesias acabó diciendo que "cuando Esperanza Aguirre o Alfonso Rojo hablan bien de tí y dicen Albert Rivera nos gusta, eso te hace daño". Rivera contestó rápido: "También yo podría decir que cuando se dice que tú le gustas a Maduro te hace daño a ti, pero no quiero entrar en ese debate".

Rivera defendía reunirse con empresarios, con patronal y con sindicatos, pero "sé las decisiones que tengo que tomar, aunque no le gusten" a esos "agentes sociales".

Nacionalizaciones y Sicavs

Seguía el debate por los derroteros de los de arriba y los de abajo, como le gusta a Iglesias, pero esta vez sucumbió. Rivera acusó a 'coleta morada' de centrarse en la pose y el eslógan por defender que si llega al poder le dirá a las eléctricas que o bajan la factura de la luz o las expropiará, algo que Iglesias negó. Pero justo después de decir que lo suyo no es pose, afirmó que "es indecente que un eurodiputado cobre 6.000 euros al mes cuando la mayoría de los ciudadanos de su país cobran 1.000 euros", por lo que ellos han decidido donar parte de su sueldo. Tras este eslogan, reconocía que "es verdad que eso no soluciona los problema, pero eso es una actitud".

Rivera, en cambio, defendía la competencia y decía creer en el mercado, eso sí con reguladores fuertes e independientes del poder político. También cargó duramente contra las expropiaciones de las grandes empresas de servicios del país. "No estoy de acuerdo con vosotros, con ese modelo franquista de poner precio estatal a la gasolina o nacionalizar todos los servicios públicos".

Pablo Iglesias, casi noqueado, se limitaba a decir: "No comparto que nacionalizar una eléctrica sea un modelo franquista".

El colofón: Bankia

Metidos en la harina del famoso "¡exprópiese!", Pablo Iglesias no atinó con su ejemplo y habló de Bankia: "Si hemos pagado Bankia el pueblo, por qué ahora vamos a privatizar Bankia. ¿No sería más razonable que nos la quedáramos? ¿No sería más razonable que creásemos una banca pública?"

Rivera terminó de cavar la tumba política de Pablo Iglesias recordándole que el rescate de las cajas de ahorro fue el rescate de eso que pide Pablo, la banca pública: "¿Quieres banca pública? Si ya lo hemos tenido. La hemos tenido y ha habido que rescatarla con 37.000 millones. La banca que tenía a políticos haciendo de banqueros".

Cuestionario y pagos en negro

Finalmente les hizo un breve cuestionario en el que mostraron su sintonía como los Centros de Internamiento de Extranjeros, el abono de los pagos pendientes en dependencia o la exigencia del pago del IBI a la Iglesia, "y a partidos políticos, sindicatos y patronal", como apostillaba Rivera.

En ese rápido cuestionario, ambos terminaron reconociendo que en alguna ocasión habían realizado pagos en negro.

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