sábado, 14 de abril de 2018

El verdadero misterio de Nazca, resuelto

Solemos asociar esta cultura precolombina, situada en lo que hoy es Perú, con sus famosas líneas. Pero estas no fueron la más increíble de sus creaciones

Vista de un puquío cerca de Nazca. (Wikicommons)

La cultura nazca, que se desarrolló en los primeros siglos de nuestra era en uno de los desiertos más áridos del planeta -en lo que hoy es el departamento de Ica en Perú–, es una de las civilizaciones precolombinas que más pasiones levantan, quizá porque su historia está rodeada de misterios.




Sin duda, son los gigantes geoglifos -las famosas líneas de Nazca- los que han hecho de esta civilización una de las grandes obsesiones de los arqueólogos. Pero nos equivocamos si pensamos que estas figuras son la única creación reseñable que ha llegado a nuestros días de su cultura.

Quizá menos impresionantes, pero más extraños si cabe, son los puquíos, un sofisticado sistema de acueductos que continúa funcionando en nuestros días, y que permitió a los habitantes de la región hacer frente a las frecuentes sequías y desarrollar una agricultura sólida.

Aunque en la actualidad siguen en activo 36 puquíos (y se conocen otros 20 en desuso), su sistema de conductos nunca había sido explorado. Hasta ahora. Un equipo del italiano Institute of Methodologies for Environmental Analysis (IMAA), dirigido por la doctora Rosa Lasaporana, ha adelantado a la BBC las conclusiones de una investigación que, gracias a la utilización de imágenes de satélite, revela el funcionamiento de este misterioso sistema de irrigación.

Agua para todos

Según Lasaprona, los puquíos son la parte visible de un sistema “hidráulico construido para extraer agua de los acuíferos subterráneos del desierto”, lo que permitió el florecimiento de una civilización avanzada en una zona tremendamente inhóspita.

Gracias al examen de las imágenes por satélite, Lasaporana y sus colegas han logrado entender la distribución de los puquíos en la región y su situación respecto a los asentamientos cercanos, que son más fáciles de ubicar y datar.

Los puquíos fueron el proyecto hidráulico más ambicioso del área de Nazca y permitieron tener acceso al agua durante todo el año

“Lo que es evidente es que el sistema de puquíos debía estar mucho más desarrollado de lo que parece hoy en día”, explica la investigadora. “Al permitir la explotación de un suministro de agua inagotable durante todo el año, el ingenio contribuyó a crear una agricultura intensiva en los valles de uno de los lugares más áridos del mundo”.

Según los científicos italianos, una serie de canales permitían extraer el agua subterránea y conducirla a las áreas donde se necesitaba; todo lo que sobraba se almacenaba en depósitos superficiales. Hasta la fecha, se pensaba que la parte visible de los puquíos, una especie de chimenea en forma de tirabuzón construida encima de los canales, servía tan solo para acceder al sistema y efectuar las labores de mantenimiento, pero el equipo de Lasaparona asegura que la abertura está diseñada para introducir corrientes de viento en la canalización, las verdaderas encargadas de desplazar el agua de una zona a otra.




“Los puquíos fueron el proyecto hidráulico más ambicioso del área de Nazca y permitieron tener acceso al agua durante todo el año, no solo para regar, sino también para el uso doméstico”, explica Lasaporana. Hoy sabemos que los nazcas debieron cultivar de forma exitosa maíz, frijol, calabaza, zapallo, yuca, maní, ají, guayaba, lúcuma, pacae y algodón, algo que habría sido imposible si hubieran tenido que depender de los ríos de la zona, que solo llevan agua unos 40 días al año.
Aún quedan preguntas por resolver

Aunque la investigación italiana ha revelado la forma en que funcionaban los puquíos, aún no está clara su datación exacta y, sobre todo, la forma en que fueron construidos.

La primera incógnita se puede resolver por aproximación, pero dadas las característica de los túneles, es imposible usar técnicas de radiocarbono para conocer la época exacta de su construcción. Hay quienes defienden que fueron construidos por arquitectos nazcas en una fecha tan temprana como el 540 a.C., y hay quien piensa que ni siquiera es obra de estos, sino de los españoles. A esto hay que añadir que, al igual que todas las culturas precolombinas a excepción de la maya, los habitantes de la zona no conocían la escritura y, por tanto, no dejaron ningún registro histórico que nos pueda dar alguna pista; y en caso de que el invento fuera cosa de Pizarro y compañía, no se explica por qué nadie anotó nada sobre su construcción: el primer registro histórico de los canales data de 1605 y hace referencia a una arquitectura preexistente.

Un canal de irrigación perteneciente al sistema de puquíos. (Abel Pardo López/CC)

Respecto a la la forma en que fueron construidos, Lasaporana tiene claro que el misterio continúa: “La construcción de los puquíos implicó el uso de una tecnología particular muy especializada. Sus constructores no solo necesitaron un profundo conocimiento de la geología del área y las variaciones anuales de la disponibilidad de agua: además, mantener los canales era un enorme desafío técnico, ya que se extienden a través de fallas tectónicas”.

En opinión de la investigadora, procesos técnicos aparte, los puquíos solo pudieron ser fruto del trabajo de una civilización muy avanzada y jerarquizada para aquella zona y esa época. “El mantenimiento debió estar basado en un sistema social colaborativo y organizado, similar al que exigía la construcción de las famosas líneas de Nazca, que en muchos casos están claramente relacionadas con la presencia de agua”, asegura Lasaporana.

La región de Nazca esta aún hoy repleta de canales de irrigación y depósitos de agua (llamados localmente “cochas”), dependientes del sistema de puquíos


Es probable, según la investigadora, que al igual que el Imperio romano se construyó gracias a un complejo sistema fiscal y unas infraestructuras nunca vistas, los puquíos fueran la herramienta de la élite de la cultura nazca para sostener el poder, pues les permitían controlar la distribución del agua, que, en una zona tan desértica, era la llave para ejercer un control absoluto.




La región de Nazca está aún hoy repleta de canales de irrigación y depósitos de agua (llamados localmente 'cochas'), dependientes del sistema de puquíos. Y muchos siguen sirviendo a los agricultores de la zona tal como lo hacían hace más de 2.000 años.

14.04.2016 – 
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-04-14/el-verdadero-misterio-de-nazca-puquios-rosa-lasaporana_1183239/

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