lunes, 22 de septiembre de 2014

Pillado en un renuncio gordo el Lider de Podemos: La gran mentira de Pablo Iglesias: los documentos que desmontan sus falsas donaciones

PILLADO EN UN RENUNCIO GORDO EL LÍDER DE PODEMOS La gran mentira de Pablo Iglesias: los documentos que desmontan sus falsas donaciones

Pablo Iglesias y sus cuentas en ‘La Tuerka’.

Las cuentas de la productora de “La Tuerka”, a la que el líder de Podemos asegura haber entregado el dinero que ha ganado con las tertulias de Cuatro y La Sexta, prueban el engaño

Las cuentas de Producciones CMI (Con Mano Izquierda), la productora de La Tuerka, desmontan la versión de Pablo Iglesias mantenida ante El Semanal Digital y, el sábado, también en La Sexta Noche.

El líder de Podemos no donó todo el dinero que obtuvo en 2013 en las tertulias de La Sexta y Cuatro -que superó ampliamente los 10.000 euros- a ese programa de debate que le vio nacer mediáticamente en Tele K (ahora se emite en la web de Público). Es más, ni siquiera parte: no donó nada.

El Semanal Digital ha tenido acceso a los balances mensuales de ingresos y gastos de Producciones CMI del año pasado y la realidad es otra: el único dinero contante y sonante que Iglesias donó fue el 15% de su sueldo mensual en Fort Apache, el programa de Hispan TV -la televisión pública iraní- que dirige y presenta.

Y esto último también con matices. En realidad, no sólo él lo hace sino que cuando Hispan TV, a través de la productora 360 Global Media, contrató a Producciones CMI para poner en marcha Fort Apache, Iglesias y los otros cinco compañeros suyos que iban a trabajar en ese proyecto acordaron ceder el 15% de sus honorarios a Producciones CMI cada mes.

En las hojas de ingresos de septiembre y octubre, cuando Pablo Iglesias ya era un auténtico fenómeno televisivo en La Sexta Noche y Las mañanas de Cuatro, las únicas ´donaciones´ que figuran son las recibidas de Fort Apache, en base a ese 15%.

Concretamente, la productora de La Tuerka recibió de Fort Apache 1.000 euros en septiembre (ellos hablan en los documentos de dólares y euros indistintamente, como si fueran equivalentes), y 3.488,87 en octubre (1.907,17 por los programas del 23 al 29 y los 1.581,70 restantes por los programas del 30 al 35).

El resto de ingresos de septiembre (2.322,61 euros en total) fueron: 232,69 euros que les pagó YouTube; 1.083,92 de Bolivia TV y 6 de la venta de productos de merchandising.

Y en octubre: 137,10 euros de YouTube; 494 de un cheque de la Embajada de Bolivia; 3.630 de 360 Global Media (la productora iraní que hay detrás de Hispan TV); 400 de Icaria Editorial por las ventas del libro Conversación entre Pablo Iglesias y Nega. ¡Abajo el régimen!; 190 dólares por la venta de merchandising en las fiestas del PCE; y 6.033.34 como parte de un pago que Producciones CMI hizo para la Asociación Paz con Dignidad.

A tenor de los documentos aportados por El Semanal Digital, Pablo Iglesias ni siquiera dice una verdad completa cuando habla de que no cobra por su trabajo en Producciones CMI. Es cierto que no tiene un sueldo como tal porque no le pagan por presentar La Tuerka, pero cuando la productora ha recibido encargos externos en el reparto de beneficios sí ha estado el líder de Podemos.

Por ejemplo, en octubre Iglesias recibió 1.334,63 euros por seis piezas que hizo en Producciones CMI para Bolivia TV y por un vídeo para Izquierda Unida. En mayo había cobrado otros 700 dólares por otro vídeo para Ezker Anitza (la marca vasca de IU).

Si Pablo Iglesias hubiera donado el dinero de sus tertulias en Cuatro y La Sexta, como afirma, a buen seguro la productora de La Tuerka no habría pasado en 2013 por los aprietos económicos por los que pasó.
Los meses de mayo, julio, agosto y septiembre entró en pérdidas, y enfiló el último trimestre del año con unos números rojos de 4.873,95 euros, según los documentos internos que tiene ‘El Semanal Digital’.

Aunque luego levantara el vuelo.

Ahora el líder de Podemos asegura que donará tres cuartas partes de su sueldo como eurodiputado a La Tuerka. Habrá que ver si esta vez son donaciones reales o también simuladas.

La educación de élite produce “borregos excelentes”

Son “súper personas”, el nombre que les dio James Atlas, editor de The New York Times Magazine y presidente de Altas & Company. Tienen varias carreras, practican deporte como si fuesen profesionales, pueden hablar en varios idiomas, manejan a la perfección un instrumento musical, han ofrecido ayuda en los rincones más desfavorecidos del planeta, y han convertido sus hobbies en una provechosa afición. Han estudiado en las grandes universidades, y el futuro está en sus manos. Tiene que estarlo, con tan brillante currículum. 

Pero también están llenos de miedo, inseguridad, angustia y timidez. Apenas muestran preocupaciones intelectuales y desconocen qué quieren hacer con su vida, más allá de ganar dinero a espuertas, seguir el camino que profesores y padres han construido para ellos, y conseguir la aprobación de los demás.

Esta es la paradoja que late en la vida de los universitarios de los centros de élite americanos, mantiene el profesor de Yale William Deresiewicz, que ha expuesto su tesis en un ya célebre artículo publicado en The New Republic y en su libro Borregos excelentes: la mala educación de la élite americana y el camino a una vida plena, publicado por Free Press. Deresiewicz ha comprobado con sus propios ojos y ha vivido en su propia piel la frustrante experiencia del estudiante de Harvard, Yale o el resto de centros de la Ivy League, que los convierte en esos “borregos excelentes” del título: “Son excelentes porque cumplen todos los requisitos para entrar en una facultad de la élite, pero es una excelencia muy limitada. Son chicos que cumplirán todo aquello que les mandes, y que lo harán sin saber muy bien por qué lo hacen. Sólo saben que volverán a pasar por el aro”. No se trata de un nombre inventando por el escritor. Al contrario, fue el concepto con el que uno de sus alumnos se describió a sí mismo.

Ganado para alimentar la máquina

Desde los años 60, asegura Deresiewicz, los valores que rigen los grandes centros educativos han cambiado por completo aunque, en apariencia, sigan defendiendo la excelencia y el auxilio de los más desfavorecidos. “Auto exaltación, estar a servicio nada más que de ti mismo, una buena vida pensada sólo en términos del éxito convencional (riqueza y estatus) y ningún compromiso real con el aprendizaje, el pensamiento, y con convertir el mundo en un mejor lugar” son los valores que, según el profesor, rigen el comportamiento de sus alumnos. Pero ellos no son los culpables, sino las víctimas. Entre la larga lista de responsables, Deresiewicz señala a los institutos privados, a los ambiciosos padres, al sistema de admisión, a las grandes marcas universitarias, a los empleos donde estos serán contratados y, en general, a la mentalidad de clase media-alta.

Cada vez que ven que la luz roja se enciende, tienen que pulsar el botón, pero hay un momento en el que dejan de decirles lo que tienen que hacer

El producto –es decir, los nuevos licenciados– parece perfecto. Pero, debajo de esa imagen homérica y dinámica del que algún día se convertirá en CEO de una gran empresa se encuentra latente una gran inseguridad. Esta se caracteriza, sobre todo, por una enfermiza aversión al riesgo. “Por definición, nunca han experimentado algo que no sea el éxito”, explica Deresiewicz. Y está en lo cierto. Los requisitos académicos y personales para ser admitido en cualquiera de estos centros son tan elevados que conseguir menos que un sobresaliente no es una opción. Por ello, “al no tener margen para el error, evitan los posibilidad de cometerlo”. Uno de sus alumnos miró a su profesor como si fuese un alienígena cuando le sugirió que quizá dedicar menos tiempo para el estudio le serviría para reflexionar sobre lo que ha aprendido. Otro manifestaba sentirse completamente inseguro ante la posibilidad de verse obligado algún día a comer solo.

Algo que se refleja en las estadísticas de salud mental de los estudiantes, que se encuentran en su momento más bajo de los últimos 25 años. “Es casi como un experimento cruel con animales”, explicaen una entrevista con The Atlantic. “Cada vez que ven que la luz roja se enciende, tienen que pulsar el botón”. Entre todos esos requisitos se encuentran la música o participar en una organización caritativa, algo que Deresiewicz explica que no hacen para los demás, sino para sí mismos y sus currículos. “La experiencia ha sido reducida a su función instrumental”. Por ello, durante cuatro años, los que aspiran a matricularse en una gran universidad se dedican exclusivamente a tachar de su lista todos esos hitos que deben haber alcanzado, pero nunca llegan a reflexionar sobre si realmente desean ser ricos y poderosos.

El terrible mundo real

Una vez llegan a la universidad, esta no plantea ningún problema. No tienen más que seguir el camino preestablecido y todo irá bien. Además, los cursos no son muy exigentes, recuerda Deresiewicz. Se ha llegado a un “pacto de no agresión” entre profesores y estudiantes, por el cual los alumnos son “clientes” que reciben altas calificaciones a cambio de un esfuerzo mínimo. Mientras tanto, los profesores siguen profundizando en sus proyectos de investigación, lo que realmente garantiza que reciban incentivos económicos.

Es después de abandonar los estudios cuando la realidad se presenta amenazadora. “Por supuesto que están estresados”, recuerda el profesor. “Nunca han tenido la posibilidad de encontrar su propio camino. El problema es que hay un momento en el que dejan de decirles qué tienen que hacer”. Delirios de grandeza y depresión son dos de los grandes problemas a los que tienen que enfrentarse. El primero, ocasionado por el hecho de que sus padres les hayan dicho que son los mejores y los más listos desde su infancia, un refuerzo positivo que desaparece en el momento en que se dan cuenta de que, como decía David McCullough, no son especiales. Han dejado de medir su valía de forma realista, lo que provoca que su autoestima se desmorone a la primera de cambio.

Wall Street se dio cuenta de que las facultades están produciendo licenciados muy listos y completamente centrados en el trabajo, que no tienen ni idea de lo que quieren

William Deresiewicz

Irónicamente, las personas que tendrían la posibilidad de hacer todo lo que quisieran, terminan siguiendo carreras muy similares. Que son justo aquellas en las que son necesarios trabajadores y líderes que sigan caminos preestablecidos, que se muevan únicamente por las ansias de dinero, estatus e influencia, y que no cuestionen el estado de las cosas. Es el caso de la bolsa americana. Como señala una cita del periodista de Newseek Ezra Klein que reproduce Deresiewicz, “Wall Street se dio cuenta de que las facultades están produciendo una gran cantidad de licenciados muy listos y completamente centrados en el trabajo, que tienen una gran resistencia mental, una buena ética de trabajo y ni idea de lo que quieren”.

En última instancia, recuerda el autor, se trata de lucha de clases. Pero no entre las clases bajas y las altas, sino entre los diversos escalones de las élites, a los que cualquier otro camino les parece una excentricidad. Como recuerda el periodista, el número de estudiantes de la mitad menos rica de la sociedad se ha reducido en la educación de élite desde el 46% de 1985 al 15% actual. Y como explicaba el fundador del Proyecto Minerva Ben Nelson, los habituales métodos de selección de los estudiantes de las universidades de élite no hacen nada más que dar preferencia a los más ricos, puesto que ellos son los que tienen el dinero para contratar a los mejores profesores y enrolar a sus hijos en las clases de música, fútbol americano, matemáticas, francés, béisbol, viajes al extranjero, economía y literatura que necesitan para garantizarse su puesto en la élite.
Visto en  :  Arucas Blog

Las atrocidades del MK ULTRA: experimentos con seres humanos

Las atrocidades del MK ULTRA: experimentos con seres humanos

Extraños Seres de Luz persiguen Trenes en Rusia


El 26 de Julio de 2014 en las vías del tren de Nóvgorod, Rusia se captó la presencia de una entidad o posible ser de luz que persigue el ferrocarril a gran velocidad y lo hace justo en medio de las vías.



Informando http://ovnisultimahora2.blogspot.com/
Fuente: https://www.youtube.com/channel/UC6ffFUtT43XHlccQbyWsNHA

¿Quién plantó la semilla del diablo?

Artur Mas, en su comparecencia del viernes tras conocerse la derrota de los partidarios del 'sí' en Escocia. (EFE)  21.09.2014

El economista Jesús Fernández-Villaverde –inexplicablemente todavía fuera del Gobierno– rescataba hace unos días un prodigioso aforismo del filósofo danés Soren Kierkegaard, de quien Pío Baroja decía que era “un tipo muy poco explicable para un meridional”. El conocido aforismo hace referencia a lo que imaginariamente sucedió en un teatro tras declararse un incendio entre bastidores.

"En ese momento –decía Kierkegaard– el payaso salió al proscenio para dar la noticia al público. Pero éste creyó que se trataba de un chiste y aplaudió con ganas. El payaso repitió la noticia a los espectadores, esta vez con mayor firmeza, pero los aplausos fueron todavía más jubilosos. Así creo yo –sostenía el padre del existencialismo– que perecerá el mundo: en medio del júbilo general de la gente respetable, que pensará que se trata de un chiste”. Baroja, con razón, sostenía* que Kierkegaard era “un hombre tan triste como su apellido (cementerio)”.

Lo era. Pero lo que está fuera de toda duda es que el sabio danés acertaba cuando situaba en la incredulidad el origen de muchas catástrofes. O dicho desde otro ángulo: la ausencia de credibilidad de los protagonistas de la cosa pública –como le sucedía al payaso de Kierkegaard en medio del incendio– está detrás de una corriente de fondo (no es un movimiento coyuntural) que recorre Europa sin que, por el momento, nadie –o casi nadie– sea capaz de prever o, incluso, identificar el nacimiento de algunas catástrofes.Hace cinco años apenas el 17% de los catalanes se declaraba a favor de la creación de un Estado, mientras que al comenzar el desafío soberanista ese porcentaje se había duplicado. Hoy, alrededor del 45% de los votantes se inclinaría por la creación de un Estado catalán

Y el hecho de que el continente celebre con alborozo que Escocia haya dicho 'NO' a la independencia es probable que esconda una trágica realidad. Cuando se convocó el referéndum, hace apenas un año, el porcentaje de escoceses favorable a la secesión apenas representaba la tercera parte de los electores. Hoy, el dimitido Alex Salmond puede acreditar que casi el 45% está a favor de la independencia. Inimaginable hace muy poco tiempo.

Algo parecido sucede en Cataluña, donde hace cinco años apenas el 17% de los catalanes se declaraba a favor de la creación de un Estado, mientras que al comenzar el desafío soberanista ese porcentaje se había duplicado. Hoy, sin embargo, según el CIS catalán, nada menos que alrededor del 45% de los votantes -un porcentaje similar al de Escocia- se inclinaría por la creación de un Estado catalán. Por cierto, con una singularidad. El granero de votos del independentismo está ahora en la izquierda (PSC o IC) y no en la derecha, que ha girado del catalanismo al nacionalismo radical. Algo falla en la izquierda cuando cree que los problemas se solucionan con más nacionalismo.

El funcionamiento de la democracia

Habrá, sin embargo, quien piense que detrás de este movimiento hacia laindependencia lo que existe es un virus nacionalista; pero tanto en Escocia como en Cataluña lo que en realidad se ha inoculado es el sarampión delhartazgo político. Y lo que hace el nacionalismo (como el populismo) es canalizar el malestar que existe en amplias capas de la sociedad sobre elfuncionamiento de la democracia.

Ese es el caldo de cultivo –parece una obviedad– en el que florece el nacionalismo. De hecho, es muy probable que si se pregunta a los ciudadanos que apoyan la independencia si se sienten nacionalistas –el 71% de los menores de 18 años votó ‘SÍ’ en Escocia’– es casi seguro que el porcentajebajaría de forma relevante respecto de quienes votan la secesión.

Para encontrar una explicación racional al florecimiento del nacionalismo merece la pena rescatar el último informe de Global Democracy –una organización no gubernamental con sede en Viena– en el que a partir de una serie de variables se puntúa lo que en la jerga política se suele denominar ‘calidad de la democracia’. Y los resultados son elocuentes. España ocupa el puesto número 17 del mundo y Reino Unido, el 14. En ambos casos, con una cierta tendencia a la baja que ha sido especialmente visible en los últimos años, justamente los de la crisis y la recesión, en los que la desigualdad y el descrédito de la política no han hecho más que crecer.

Es evidente que medir la calidad de una democracia no es fácil. Pero al hacerse sobre una serie de indicadores homogéneos –losderechos políticos, las libertades civiles, las diferencias de género, la libertad de prensa, la corrupción, la estabilidad del Gobierno o el funcionamiento de los partidos políticos–, se puede llegar a conclusiones valiosas.

La más evidente es que los diez mejores países del mundo (salvo Nueva Zelanda) son los del centro y norte de Europa, donde los niveles de desigualdad son menores. Es decir, que hay una evidente relación entre cohesión social yeconómica –que no es incompatible con el crecimiento económico– y calidad de la democracia. Por lo tanto, parece evidente que detrás de los nuevos nacionalismos –muy diferentes a los de correaje que pulularon por Europa hace un siglo– se encuentra una determinada forma de hacer política que se olvida de los ciudadanos y de los problemas que antes solucionaba el Estado y ahora se marginan.

O dicho en palabras del economista Robert Skidelsky, cuando triunfa el “fundamentalismo del mercado” la gente se siente defraudada y se agarra a cualquier ideología, por muy nociva que sea. Es lo que sucede cuando no se cumplen las promesas del capitalismo liberal. El empleo y esas cosas.

Nombres y apellidos

Tanto en el Reino Unido como en España, el fracaso tiene nombres y apellidos. El laborismo de Blair, que acabó por desacreditar las políticas de izquierda con el deterioro de los servicios públicos (ese es el espacio que ha ocupado Salmond en Escocia, donde históricamente había ganado el laborismo); elTripartito catalán, que fue un auténtico naufragio que sólo sirvió para empobrecer a amplias capas de la población mediante políticas suicidas y construir un discurso hueco; la intransigente política económica diseñada desde Alemania para salvar sólo a los acreedores y no a los ciudadanos o, incluso, la irresponsabilidad de muchos políticos que en vez de conjurarse para apuntalar las instituciones –como el Tribunal Constitucional– llaman a la insumisión.Los diez mejores países del mundo (salvo Nueva Zelanda) son los del centro y norte de Europa, donde los niveles de desigualdad son menores. Es decir, que hay una evidente relación entre cohesión social y económica -que no es incompatible con el crecimiento económico- y calidad de la democracia

Sin olvidar las políticas de Cameron, la burocracia de Bruselas (que ha alimentado fenómenos como el del UKIP en el Reino Unido) o, en el caso español, el demencial proceso estatutario en Cataluña, que propició –y eso fue lo más preocupante– una ruptura del consenso constitucional por la irresponsabilidad de Zapateroy Mas y el egoísmo de Rajoy para ganar votos negándose a ver lo que era evidente: que algo se movía en Cataluña.

Lo más tremendo, sin embargo, es que los gobiernos en vez de preguntarse por qué florece el nacionalismo, siguen regándolo con políticas equivocadas. Unos instando a la convocatoria de consultas populares sobre problemas que deberían resolver los políticos a partir de una democracia verdaderamente representativa, y otros poniéndose de perfil ante los evidentes cambios que se están produciendo en una sociedad inevitablemente dinámica y que reclama otra forma de hacer política, con menos corrupción y más atenta a los problemas sociales. En última instancia, una política que resuelva los problemas de la gente y no los cree favoreciendo a minorías privilegiadas.

Los nacionalismos, por lo tanto, no son la causa de los problemas, sino laconsecuencia de malas decisiones. Y sólo la democracia -ahogando los adoctrinamientos- puede salir al rescate de la propia democracia. De lo contrario, es probable que el payaso de Kierkegaard deje de ser una metáfora.

*El gran torbellino del mundo. Pío Baroja. Edit. Caro Raggio
http://blogs.elconfidencial.com/espana/mientras-tanto/2014-09-21/quien-planto-la-semilla-del-diablo_206072/

El enigma de los Garamantes. La conexión Atlante

        
Los garamantes fueron una tribu de origen bereber que habitó en un oasis, rodeado por 400 kilómetros de desierto, conocido por los musulmanes como el río de los muertos en la región de Fezzan, actualmente en Libia, con una extensión de más de un centenar de kilómetros de este a oeste, comprimido entre el mar de dunas de Ubari y la meseta del Messak.

Fue precisamente este emplazamiento geográfico el que contribuyó a que los garamantes fueran el único estado paleobereber que no pudo conquistar Roma, a pesar de que intentó la invasión en dos ocasiones, en las que sus legiones llegaron hasta la capital garamante.